
Ningún católico tiene
justificación o motivo para alejarse de la Iglesia en la conducta de otro
católico, sea Obispo, sea Papa, sea sacerdote, sea su intimo amigo, no hay
excusa alguna porque la Iglesia no es de los Obispos, la Iglesia no es de los
sacerdotes, no es de las personas famosas dentro de la Iglesia Católica, no es
ni siquiera del Papa, la Iglesia es de Cristo, recordemos este mensaje
insistente del Papa Pablo VI con el cual inauguro su pontificado con una
encíclica que se llamaba precisamente: Ecclesiam Suam (Su Iglesia), no la
Iglesia de los Obispos, de Argentina, de Chile, de Perú, de Rusia, no la
iglesia del Papa, no la iglesia mía o tuya, sino la Iglesia de Jesucristo.
Entonces, la razón por la cual nosotros formamos parte de la Iglesia es porque
Jesús nos ha redimido, ha creado este cuerpo místico suyo unido a la cabeza a
través del bautismo y esa es nuestra partencia a la Iglesia, nuestra
pertenencia a la Iglesia no es la afiliación a un club donde si la cabeza del
club es alguien que a mí no me gusta me retiro del club, y si es que la cabeza
del club es alguien simpático o carismático entonces sigo asociado al club.
No existe ninguna
justificación en ninguna conducta censurable de un Obispo, de varios Obispos,
de todos los Obispos, del Papa para poder justificar mi alejamiento de la
Iglesia, mi instancia, miento mi enfriamiento, ninguna, porque la Iglesia es de
Jesucristo y yo he sido convocado a formar parte de ella por el sacramento del
bautismo y a seguir a Jesucristo dentro de la Iglesia, con o sin escándalos,
con o sin buenos lideres, simplemente es una vocación personal.
Cuando yo me muera y me
encuentre con Jesucristo y Jesucristo me pregunte: ¿Por qué no me seguiste? tú
crees que va a poder ser una escusa decir: es que estos Obispos hicieron tal
cosa políticamente, es que este cura insulto a mi esposa y se porto igual
conmigo y me saco del grupo parroquial, no me quiso aceptar como ministro
extraordinario de la comunión, este cura fue prepotente conmigo, estas monjas
de mi colegio que me traumaron... tu crees que esto va a servir de
justificación: Yo morí, di mi vida por ti, te convoque a la Iglesia a mí
Iglesia, a mí comunidad, mediante el sacramento del bautismo te llame a la
santidad, te di los dones a través de los sacramentos para que me siguieras, y
la razón por la que no me seguiste es porque había un curita, o un Obispo o
varios, o un Papa que no te gusto, nunca va a servir como justificación.
En consecuencia aquel que
diga: Yo me he alejando de la Iglesia Católica por tal o cual decisión de los
Obispos eso es mentira, se ha alejado de la Iglesia Católica porque se le dio
la gana, ha decidido darle la espalda a Cristo, es más cómodo vivir como está
viviendo y a encontrado una escusa o una justificación en el cura tal, en los
Obispos tales, en las monjitas tales, es una justificación que no va a valer
nada ante Dios, te lo puedo asegurar no va a valer nada. Y no porque lo digo
yo, no porque yo ya he estado en el otro lado y se cómo juzga Jesucristo, no,
es porque esta clarísimamente expresado en el Evangelio que es la razón por la
cual uno se salva o no se salva.
Dicho esto nosotros tenemos
que reconocer que muchas autoridades de la Iglesia efectivamente han sido
motivo de escándalo, pero cuando hablamos de motivo de escándalo hay que
distinguir dos cosas muy claras, uno es el escándalo producido por el pecado y
otro muy distinto producido por el error. El producido por el pecado es cuando
nosotros vemos a sacerdotes, religiosas, religiosos, Obispos, Papas, que tienen
conductas de vida escandalosa que son claramente pecaminosas, que viven en
contra de los principios de la vocación a la cual se han consagrado. El Papa
Alejandro VI por ejemplo, El Papa Sixto que arma a sus grandes batánales y que
construyo un puente en Roma simplemente para que una de sus amantes no tuviera
que caminar hasta otro puente que quedaba más lejos, imagínense la motivación
para construir un puente, esos si son escandalosos por el pecado, y sin
embargo, como explicaba al comienzo, ni siquiera esos escándalos son
justificación para que una persona pierda su fe, por el contrario el hecho de
ver que la Iglesia sigue adelante a pesar de sus líderes de conducta
escandalosa, tiene que convencernos que es el espíritu santo quien guía a la
Iglesia y que es la Iglesia de Jesucristo (Ecclesiam Suam) y no de ese Papa o
de esos Obispos.
Ya cuando el General Nazi le
decía al Arzobispo de Berlín durante el régimen de Hitler que uno de sus planes
era acabar con la Iglesia Católica, el Cardenal Arzobispo de Berlín le
contesto: Pues buena suerte, porque ni nosotros hemos podido. Haciendo
referencia a los escándalos de las autoridades de la Iglesia han sido capas de
terminar con la Iglesia Católica, entonces una vez más no es justificación los
escándalos pecaminosos de los líderes de la Iglesia para alejarse de la
Iglesia, son dolorosos y hieren a muchas personas escandalizan a los débiles,
como dice San Pablo: pero nuestro deber es animar a los débiles, la Iglesia es
de Jesucristo, no es de estas personas que te están escandalizando, pero como
te decía además, una cosa muy distinta es esta de el escándalo producido por el
pecado que el escándalo producido por el error.
Existen personas que
efectivamente dicen: Yo creo que el papel de los Obispos Argentinos durante la
dictadura militar fue vergonzosa y fue escandalosa porque no hablaron acerca de
las violaciones y las desapariciones. También mucha gente dice que lo Obispos
chilenos que actuaron de una manera distinta al episcopado argentino los
escandalizaron porque tomaron una posición política que revelaba intereses de
carácter político y no una preocupación pastoral, en consecuencia resulta
completamente discrepante las razones por las cuales una persona se pueda sentir escandalizada, por qué, porque
cuando entramos en el terreno político las probabilidades de error son muy
grandes, cuantas personas hoy en día critican a los Obispos cubanos, uno porque
se meten demasiado en política y otro porque no son unos leones que denuncian
todas las violaciones de derechos humanos, existen opiniones discrepantes. Lo
que nadie sabe es que los Obispos tienen que tomar decisiones muchas veces
instantáneas frente a dificultades que los demás no comprenden.
Nosotros no tenemos derecho de
juzgar muchas decisiones de los Obispos porque la cantidad de elementos que
tienen que tener en cuenta es increíble: el bien de las almas, evitar el
escándalo, mantener la libertad de la Iglesia, mantener los derechos de los
católicos, mantener las posibilidades de la Iglesia de seguir anunciando el
Evangelio, existen una cantidad enorme de circunstancias y que además tienen
que ser resueltas ya, tienen que tomar decisiones ya, de hacer o no hacer ya,
tú crees que tienen tiempo de pensar como los va a juzgar la historia dentro de
cincuenta años. Tú tienes derecho a tu propia opinión, tu puedes pensar: estos
Obispos de este episcopado actuaron bien, actuaron mal, actuaron ejemplarmente,
se equivocaron, tú tienes derecho a tu propia opinión, a lo que no tienes
derecho es a juzgar sus conciencias y decir que porque tú discrepas de la
manera como ellos decidieron que ellos son unos miserables, que son
censurables, humanamente hablando. Porque todos nuestros Obispos en estos años
hacinados de dictaduras militares o de tiranías en Cuba, en Chile o en
Argentina, tuvieron vidas ejemplares, y en consecuencia tú no puedes decir: me
escandalizaron por su vida pecaminosa, tu discrepas y tienes derecho a
discrepar si es que discrepas, o estás desacuerdo a lo que decidieron los
Obispos, pero ten en cuenta dos cosas: uno no tienes derecho a juzgar sus
conciencias aún aviándose equivocado porque cometieron un error no un pecado, y
porque cometieron un error de buena fe, honestamente decidiendo en base a los
criterios que tenían , y en segundo lugar incluso si sus decisiones equivocadas
tuvieran consecuencias graves, tú no puedes justificar tu alejamiento de la
Iglesia, o tu enfriamiento en tu relación con Jesucristo por la decisión
equivocada que muchas personas tomaron o una persona tomo, no hay manera de
justificar.
Reflexión de: Alejandro
Bermúdez
¡Consuela a Mi Pueblo! Blog
admon@consuelaamipueblo.org
Hola Daniel, paso a visitarte y a saludarte por el post con el cual comparto totalmente.
ResponderEliminarSaludos.
Es cierto, nada, absolutamente nada justifica abandonar la Iglesia. Las madres no deben de abandonarse jamás.
ResponderEliminarUn saludo en Cristo