martes, julio 30, 2013

Líbrame, Señor, de una falsa espiritualidad

Jeremías 26, 1-9
Al principio del reinado de Joaquín, hijo de Josías y rey de Judá, el Señor le habló a Jeremías: "Esto dice el Señor: 'Ve al atrio del templo y diles todos los habitantes de Judá que entran en el templo para adorar al Señor, todas las palabras que yo te voy a ordenar; sin omitir ninguna.
A ver si las escuchan y se convierten de su mala vida, y me arrepiento del castigo que he pensado imponerles a causa de sus malas acciones'.

Diles, pues: 'Esto dice el Señor: Si no me obedecen, ni cumplen la ley que he dado, ni escuchan las palabras de mis siervos los profetas, que sin cesar les he enviado y a quienes ustedes no han escuchado, entonces yo trataré a este templo como al de Siló, y haré que esta ciudad sirva de escarmiento para todos los pueblos de la tierra' ".

Los sacerdotes, los profetas y el pueblo oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en el templo del Señor. Y cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado, los sacerdotes y los profetas lo apresaron, diciéndole al pueblo: "Este hombre debe morir, porque ha profetizado en nombre del Señor que este templo será como el de Siló, y que esta ciudad será destruida y quedará deshabitada". Entonces la gente se amotinó contra Jeremías en el templo del Señor.

Meditatio

El pueblo, en tiempos de Jeremías, pensaba que el templo era lo más importante de toda la vida religiosa del pueblo, más importante aún que el cumplimiento de la ley. De manera que era gente muy religiosa que asistía al templo conforme a las prescripciones, ofrecía los sacrificios y hacía todo lo que Dios había ordenado en cuanto al templo, pero habían olvidado completamente la vida moral. El templo se había convertido en un verdadero ídolo, que a su manera, había ya suplantado a Dios. Es por ello que el profeta invita al pueblo a la conversión. Sin embargo, la respuesta es la misma que dan hoy los católicos fríos, los que van a misa “por cumplir”, o cuando hay una boda o algún evento especial: “No nos interesa lo que estás diciendo, ya cállate”. Y esto es entendible, ya que el asistir al templo tanto antes como ahora no compromete nuestra vida para nada. La gente hoy viene a misa pero su vida moral, la forma como lleva su casa, sus negocios, sus diversiones, nada tienen que ver con lo que Jesús nos pidió en el Evangelio.

Abramos bien nuestros oídos a la voz del profeta, pues lo que fue verdad para el pueblo de Judá, lo será también para todo aquel que vive una religiosidad sin moral: Será destruido y echado al lago de fuego, como claramente nos lo anunció Jesús.

Oratio

Líbrame, Señor, de una falsa espiritualidad, que nunca use de pretexto a la Iglesia para desentenderme de mis deberes como cristiano, no quiero ser un ritualista sino un verdadero cristiano, es decir, alguien semejante a ti, alguien dispuesto a vivir los valores morales de tu Evangelio en medio de este mundo que mantiene una actitud tan indiferente al mal e incluso persecutoria hacia los que te buscan. Señor, quiero ser como eres tú.

Operatio

Hoy revisaré qué tanto impactan en mi vida los actos religiosos que hago, si son en verdad motivo de cambio o sólo los hago por costumbre o por apaciguar mi conciencia, de ser así hoy haré un compromiso de vivir conforme a lo que creo y celebro en esas acciones.

8 comentarios:

  1. Muchas gracias por esta entrada, excelente, muy cierta!!!! que el Señor nos bendiga con Su Espíritu Santo revelador de la Verdad en nuestra vida, para ser honestos con Él y nosotros mismos.
    Un abrazo grande, hermoso como siempre vuestro blog, gracias por querer ser instrumentos de Jesús y consolar a su Pueblo! con vuestro permiso, comparto esta entrada en facebook...y de paso los invito allí también, desde "Jesús, en Vos confiamos!"
    Susana

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  2. un gusto visitar tu paz.
    un abrazo

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  3. Podría decirse también que nuestra espiritualidad debe convertirse en la del corazón. Poner el corazón en nuestras acciones, en nuestras alabanzas, en nuestra oración. Una gran reflexión y una gran invitación a examinar como es nuestra espiritualidad.
    Un abrazo

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  4. Gracias daniel por tu entrada.
    Desgraciadamente nos encontramos con espiritualidades ya caducas que hacenmás daño que bien, mientras la iglesia intenta avanzar, un sector bastante amplio se aferra a una teología que deforman a Dios en su misericordia.
    Gracias
    Sor.cecilia

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  5. Disponer el corazon para estar con el Señor, esa es la mejor manera de demostrarle todo nuestro amor, nuestro agradecimiento y nuestra alabanza.
    Es bueno examinar nuestro estado de ánimo antes de ir al templo, para corregir nuestro desgano dandole el lugar que Dios debe tener en nuestras prioridades.
    Un abrazo.

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  6. Ayudame señor a no alejarme de la verdad.
    Gracias Daniel.
    Besos

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  7. Alabar a Dios, con el corazón pleno de amor para ser escuchados. Bello post. Un abrazo.

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  8. Daniel, pásate por mi blog que tengo un proo que compartir contigo, esperoque te agrade.
    Con ternura
    sor.Cecilia

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