domingo, marzo 28, 2010

Jesús en Jerusalén.

Comenzamos la Semana Santa. Esta semana reconstruye los últimos siete días de la vida mortal del hijo de Dios.

Primero Jesús entró a Jerusalén un domingo. Esta entrada se presenta como "mesiánica", simbolizando que Jesús es el "Esperado".
Sube al Templo y lo purifica de abusos, mostrándose como verdadero Señor del Templo, con el consiguiente escándalo de los sacerdotes. Los ramos de olivo no son un talismán mágico ni un simple objeto bendito, son el signo de la participación gozosa al rito procesional, expresión de la fe en Cristo, Mesías y Señor, que va al encuentro de la muerte para la salvación de todos los hombres.
 Desde el lunes hasta el miércoles, Jesús aparece todas las mañanas enseñando en el templo. Ahí se llevan a cabo las fuertes controversias con los fariseos, saduceos y los escribas, quienes determinan la definitiva ruptura.

El Jueves Santo celebra la cena de despedida con sus discípulos más allegados. Esa misma noche es detenido en el Huerto de los Olivos. Se le condena a muerte y el Viernes es crucificado.

El Sábado es el gran Sabbat, que aquel año coincidían con la Pascua. Al amanecer del primer día de la semana, el Domingo las mujeres van al sepulcro, lo encuentran vacío y dan la noticia.

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