martes, febrero 23, 2010

Una misión por realizar

Isaías 55, 10-11
Esto dice el Señor:
"Como bajan del cielo la lluvia y la nieve
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer,
así será la palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí sin resultado,
sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión".


Meditatio
Esta semana, la liturgia de la palabra nos urge a valorar el poder salvífico y reconciliador de la Palabra de Dios. Es triste constatar el poco valor que muchos de nuestros hermanos dan a la Sagrada Escritura; es raro ver Biblias en nuestras reuniones, incluso de evangelización. A pesar de que la Sagrada Escritura es, como dice el salmista: "luz para nuestros pasos", muchos, jamás la han leído. Es común encontrar Biblias de "Primera Comunión" y de "Matrimonio" en perfecto estado, intactas; Biblias que fueron recibidas sólo como un formalismo pero que no han sido abiertas jamás.

Hoy, el profeta Isaías nos dice cómo la palabra de Dios fecundará nuestra vida. Para ello es necesario que empape nuestro corazón. La Cuaresma es un tiempo ideal para iniciar nuestro trato con la Sagrada Escritura, para iniciar la lectura de nuestra Biblia. Te sugiero iniciar con el evangelio de san Lucas y al terminar leer el libro de los Hechos de los Apóstoles. Recuerda que decía san Jerónimo: "Desconocer la Escritura es desconocer a Dios".

Oratio
Señor, gracias por manifestarte a través de tu palabra, me comprometo contigo a escucharte todos los días en ella y sólo te pido que me llenes de tu Espíritu, que la inspiró y que sé muy bien que es quien puede grabarla en mi interior y apasionarme por su cumplimiento.

Operatio
Hoy leeré el Salmo 119 y meditaré en la importancia de la palabra de Dios en mi vida.

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