jueves, febrero 04, 2010

Si quieres ser feliz, centra tu vida en Dios

1 Reyes 2, 1-4. 10-12
En aquel tiempo, sintiendo que se acercaba el día de su muerte, David le hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: "Yo ya me voy por el camino de todos los mortales. Ten valor y sé todo un hombre. Cumple los mandamientos del Señor, tu Dios; camina por sus sendas y observa sus preceptos, órdenes, decretos e instrucciones, tal como están escritos en la ley de Moisés.
Si haces esto, tendrás éxito en todas tus empresas y el Señor cumplirá la promesa que me hizo al decirme: ‘Si tus hijos me son fieles a mí, el Señor, y cumplen sinceramente mi voluntad con todo su corazón y con toda su alma, no te faltará un descendiente en el trono de Israel‘". Cuando el rey David murió, lo sepultaron en la llamada ciudad de David. Reinó sobre Israel durante cuarenta años: siete en Hebrón, y treinta y tres en Jerusalén. Su hijo Salomón lo sucedió en el trono y su reino se consolidó.

Meditatio


Es indiscutible que el mejor tesoro que le puede dejar un padre a un hijo es su educación, y más aún cuando esta educación está centrada en Dios. En estas últimas recomendaciones de David a su hijo Salomón, podemos ver el gran énfasis que le hace sobre la observancia de la voluntad de Dios, pues en ello es donde se encuentra la auténtica felicidad. Contrariamente a lo que hoy el mundo cree, es precisamente en la vida evangélica en donde el hombre puede encontrar la perfecta felicidad, pues ésta no está ni en el mucho saber, ni en el dinero, ni en el poder. David le ha dado a Salomón el consejo y la regla de oro: Si quieres ser feliz, centra tu vida en Dios y busca con todo tu corazón cumplir sus mandamientos y hacer su voluntad. No desaproveches este sabio consejo y esfuérzate hoy en agradar a Dios y en vivir de acuerdo a su Evangelio.

Oratio


Padre Celestial, tú que nos diste a tu Hijo para mostrarnos el camino de la perfecta obediencia y la sumisión a tu voluntad haz que, siendo dóciles a tu palabra y a las enseñanzas de tu Hijo, caminemos siempre por las sendas de la justicia y la fidelidad y seamos siempre generosos y solidarios para con nuestros hermanos.

Operatio


El día de hoy dedicaré unos minutos de mi tiempo para decidir cómo puedo ser más grato a los ojos de Dios en el trato con mi prójimo.

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