“Cuaresma”… 40 días de Jesús en el desierto antes de su vida pública; 40 años del pueblo de Israel caminando por el desierto rumbo a la Tierra prometida; para nosotros, 40 días de preparación para la Pascua del Señor.
La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y concluye inmediatamente antes de la misa vespertina del Jueves Santo.
Esta época puede ser como un retiro colectivo de cuarenta días donde los fieles buscan propiciar un cambio en su vida y se preparan para vivir con mayor fruto los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo mediante la conversión del corazón, el cumplimento del precepto del ayuno y la abstinencia, así como con el de la confesión y comunión frecuente. Este tiempo es particularmente apropiado para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna (económica o contribuir en una obra apostólica). La Iglesia invita a hacer de este tiempo un retiro espiritual en el que la meditación y la oración debe estar sostenido por un esfuerzo de sacrificio personal, que depende de la generosidad de cada uno.
Al vivir bien la Cuaresma se busca una auténtica y profunda conversión personal, preparándonos para la fiesta más grande del año: la Resurrección del Señor.
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