jueves, diciembre 10, 2009

El otro consolador, Parte 1

Nosotros, a diferencia de la gente que vivió en el Antiguo Testamento y los que vivieron antes del Pentecostés, tenemos un privilegio único de contar con el Espíritu Santo para este tiempo. 

Anteriormente él venía y se iba, pues la obra del Dios Padre se estaba desarrollando, especialmente durante y después de la creación. Cuando Cristo vino su presencia también fue notoria, pero Jesucristo vivió por tres años con nosotros, de modo que el tiempo para que el otro Consolador se revelara completamente no había llegado.

Ahora la Biblia nos dice que “todos fuimos bautizados en su solo cuerpo por un mismo Espíritu” (1 Cor. 12:13), lo cual nos asegura que vivimos bajo la obra y dirección del Espíritu Santo. Bien pudiéramos decir que la era post-cristiana ha sido la era del Espíritu Santo.

El libro de los Hechos no es la obra de los apóstoles sino del Espíritu Santo. La presencia viva y activa del Espíritu Santo en la iglesia es la que la dota de entusiasmo y una gracia especial para hacer la obra misionera-evangelística así como producir la alabanza y la glorificación al eterno y amado Hijo Jesucristo. El otro Consolador nos fue dado para que estuviera con nosotros y a través de nosotros.

Jesucristo dijo que el “Espíritu de verdad” el mundo no lo puede recibir porque “no le ve, ni le conoce”; pero en el caso nuestro si podemos conocerle porque “mora con vosotros, y estará en vosotros” v. 17.

Si yo entiendo bien esta promesa, la presencia del otro Consolador sería hasta que Jesucristo vuelva por su pueblo en aquel estado glorioso que rodeará su segunda venida. De manera, entonces, que lo primero que Jesús hace antes de irse es asegurarnos que no quedaríamos huérfanos. ¡Que bueno es saber que no estamos huérfanos del don celestial!

2 comentarios:

  1. Hace años descubrí esta devoción. Mi esposa me la contagió. Tanto es así que la Guadalupana preside nuestro dormitorio. Cada vez que hablan de ella, siento que hablan de mi madre. Gracias por tu reflexión. Un abrazo

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  2. Doy gracias a Dios Angelo, por la hermosa devoción que tiene a la Virgen de Guadalupe y a tantos otros hermanos que sientes ser sus hijos.
    Que el Señor les bendiga
    Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
    «ESTOY A TU LADO»

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