Cuando Jesús se encontró con la mujer samaritana, junto al pozo de Samaría, le hizo descubrir que para adorar a Dios no importan tanto los lugares, sino dejarse motivar por el Espiritu Santo. Lo importante es el encuentro con Dios que se realiza en el corazón por el impulso del Espiritu divino. Ella debia encontrarse con el Dios vivo que venia a salvarla y a saciar su sed más profunda. Por eso Jesús le dijo que hay que adorar a Dios " en Espiritu y en verdad".
Adorarlo "en Espiritu" no se refiere a una adoración meramente interior, sin signos externos, sino a una adoración que brota de un corazón dócil al Espiritu Santo ese Espiritu que nos impulsa a clamar "Padre".
Adorar a Dios "en verdad" ignifica adorar al verdadero Dios, que es el Padre amante y misericordioso que nos ha revelado Jesucristo.
Pidámos a Jesús que derrame en nosotros el agua viva de su Espiritu Santo, para que aprendamos a adorar:
"Señor, habla a mi corazón, siéntate junto a mi pozo y sedíceme con tu Palabra. Derrama en mi la vida del Espiritu Santo. Porque tengo sed de ti Señor, y sólo tu agua viva puede saciar el intenso anhelo que hay en mi interior. Dame a beber de ti, para que nunca más tenga sed".
Adorarlo "en Espiritu" no se refiere a una adoración meramente interior, sin signos externos, sino a una adoración que brota de un corazón dócil al Espiritu Santo ese Espiritu que nos impulsa a clamar "Padre".
Adorar a Dios "en verdad" ignifica adorar al verdadero Dios, que es el Padre amante y misericordioso que nos ha revelado Jesucristo.
Pidámos a Jesús que derrame en nosotros el agua viva de su Espiritu Santo, para que aprendamos a adorar:
"Señor, habla a mi corazón, siéntate junto a mi pozo y sedíceme con tu Palabra. Derrama en mi la vida del Espiritu Santo. Porque tengo sed de ti Señor, y sólo tu agua viva puede saciar el intenso anhelo que hay en mi interior. Dame a beber de ti, para que nunca más tenga sed".
gracias por las palabras que me habeis dedicado. Sigo vuestra reflexiones que ayudan a cualquiera que desee entrar en el amor del Señor. Os encomiendo.
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