Juan El Bautista anunciaba que el Mesías iba a bautizar " en el Espiritu Santo y en el fuego" purificando todo lo que no sirve. El Bautismo que trae el Mesías será una verdadera purificación, porque derrama el Espiritu Santo como fuego.
El Mesías cumple aquel anuncio del profeta Ezequiel: " Los purificare de toda inmundicia y de toda basura, y les daré un corazon nuevo....Infundiré mi Espiritu en ustedes y haré que caminen según mis preceptos". Esto significa que la manifestación del poder del Mesías se realiza sobre todos los corazones. Y esa obra interior del Mesías hace que los hombres puedan cumplir de verdad la voluntad de Dios. Porque una predicación atractiva no es suficiente; es necesaria la acción secreta de la gracia de Dios en el interior de la persona.
Pensemos un momento en qué quisiéramos ser purificados, y pidámoslo al Espiritu Santo, que es el fuego purificador.
Armando de Lorenzi
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