A veces realizamos nuestras tareas por obligación, porque no tenemos otra salida, porque no hemos encontrado algo mejor. Entonces, simplemente toleramos lo que nos toca realizar.
Otras veces comparamos nuestra tareas con la que realizan otras personas, y entonces nos parece que lo que hacemos tiene poco valor.
Eso nos hace daño, porque convierte nuestra actividad en un tiempo vacio, sin Espiritu; un tiempo que esperamos que pase, que soportamos. Es como si ese tiempo no nos sirviera para nada, y simplemente deseamos que se termine para poder hacer algo que valga la pena.
Pero no dejemos que ese tiempo pase en vano. Ya que nos toca hacer una tarea, hagámosla con ganas, ofreciéndola a Dios, encontrándole alguna belleza. Si no lo logramos, pidámosle al Espiritu Santo que se haga presente en medio de ese trabajo, y nos ayude a vivirlo como un servicio. Hay miles de manera de servir a Dios y a los demás. Ese trabajo también es un servicio, y el Espiritu Santo puede ayudarnos a que nos sintamos agradecidos porque podemos prestar ese servicio, porque podemos hacer algo con nuestro cuerpo y nuestras capacidades.
Clamemos al Espiritu Santo, para que nos regale esa alegria de servir con nuestras humides tareas.
creo que el titulo de tu post, no tiene nada que ver contigo. porque se nota que tú haces lo que haces, con mucha alegría y eso a mí me hace feliz.
ResponderEliminarun abrazo mi hermano
Me parece un estupendo consejo, amar lo que hacemos es primordial, se puede aprender a amar todo aquello con lo que nos rodeamos día a día. Hacer las cosas por obligación y sin pasión sólo deja un gran vacío interior. Compararnos tampoco suma, sólo resta. Ser auténticos y dichosos es algo que se puede lograr, la fé es primordial en la vida.
ResponderEliminarUn abrazo Daniel y gracias por el premio que me concediste.
Basta hacerlo una vez con amor para darse cuenta de que todo adquiere un aire distinto. El mismo trabajo se lleva con alivio y su realización está mejor hecha. Hay que probarlo y repetirlo, ¿porqué no lo hacemos a menudo?...
ResponderEliminarAbrazos
Si convertimos las actividades en una oracion y ofrecimiento de accion a Dios, nuestra vida se vuelve mas facil y mas alegre, Dios nos pone en un lugar por alguna razon y nos toca hacer lo que ha puesto en nuestro camino, por que sabe que podemos realizarlo.
ResponderEliminarCuando vivimos cada tarea como un verdadero acto de servicio al otro, y lo hacemos de la mejor manera, estamos sembrando el camino de buenas obras.
ResponderEliminarQue el cansancio no mine nuestra voluntad.
Un abrazo.
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ResponderEliminar¡Hola Daniel! Elimine el comentario anterior sin querer, di un click mal.
ResponderEliminar¡El trabajo también se puede convertir en oración! de hecho es oración.
Me alegró mucho verte tan contento, en la mañana, espero que por la tarde sigas igual!
Es tan gratificante disfrutar de lo que uno hace cada dia.
ResponderEliminarSaludos y buena semana.
Cuando se pone amor en cada cosa que se hace , siempre se le encuentra el sentido, cualquier cosa hecha con amor, amor real, nos conduce a Dios.
ResponderEliminarUn saludo.