El presente tema de reflexión
habla al respecto de cómo enfrentar el tema de aquellos católicos que se
escandalizan y se alejan de la Iglesias por diferentes circunstancias por
ejemplo la decisión que tomaron los obispos de argentina durante la dictadura
militar.
Ningún católico tiene
justificación o motivo para alejarse de la Iglesia en la conducta de otro
católico, sea Obispo, sea Papa, sea sacerdote, sea su intimo amigo, no hay
excusa alguna porque la Iglesia no es de los Obispos, la Iglesia no es de los
sacerdotes, no es de las personas famosas dentro de la Iglesia Católica, no es
ni siquiera del Papa, la Iglesia es de Cristo, recordemos este mensaje
insistente del Papa Pablo VI con el cual inauguro su pontificado con una
encíclica que se llamaba precisamente: Ecclesiam Suam (Su Iglesia), no la
Iglesia de los Obispos, de Argentina, de Chile, de Perú, de Rusia, no la
iglesia del Papa, no la iglesia mía o tuya, sino la Iglesia de Jesucristo.
Entonces, la razón por la cual nosotros formamos parte de la Iglesia es porque
Jesús nos ha redimido, ha creado este cuerpo místico suyo unido a la cabeza a
través del bautismo y esa es nuestra partencia a la Iglesia, nuestra
pertenencia a la Iglesia no es la afiliación a un club donde si la cabeza del
club es alguien que a mí no me gusta me retiro del club, y si es que la cabeza
del club es alguien simpático o carismático entonces sigo asociado al club.